Ser niño

Muy cotidianamente nos encontramos con frases como “sé cómo un niño”, “ve la vida como un niño”, etc., y es que conforme crecemos los seres humanos nos convertimos en sujetos cada vez más críticos, es cierto, somos mayormente consientes a las cosas, principalmente las responsabilidades que nos encontramos adquiriendo con el pasar del tiempo, y es entonces cuando vamos perdiendo asombro ante las cosas; es justamente ahí lo que me hace cuestionar, ¿Por qué los niños son tan felices?, ¿Por qué cuando crecemos nos damos cuenta de que quizás el haber deseado ser adultos fue una de las decisiones que quizás pudimos prolongar y disfrutar más de la niñez?. Recientemente escuchaba las noticias y en ellas, las obras públicas sobre las que se estaba realizando inversión, ¿fuentes?, tal vez hay cuestiones más importantes que necesitarían atención, sin embargo un día caminando por la plaza de las américas, el espectáculo estaba a punto de comenzar, las luces led se encienden en el suelo, y el agua comienza a brotar gracias a una pipa que acaba de traer el líquido hasta el lugar, resulta atrayente la manipulación de la presión en el agua para lograr crear diversas formas y elevaciones, pero aún más fue como en un momento un niño pedía permiso a su padre para saltar en medio, en un gesto de resignación acepta el adulto, y un minuto después los gritos no se detenían, más de una decena de niños de habían integrado al juego, risas escapaban por todos lados, atrayendo las miradas de muchos adultos, entre los comentarios, ¿Cómo regresar a casa sin que se mojen los asientos del auto?, pero para los niños, no importo el frio, menos el dilema por el que pasaban sus padres, solo fue disfrutar el espacio, y la compañía de los otros ahí presentes con quienes construyeron una fantástica historia llena de aventuras; es cierto, no se trata de volver a ser niño, se trata de continuar disfrutando y sonriendo a las experiencias dejándonos deslumbrar por las mismas y transformar los instantes que bien pueden ser pasajeros en algo perdurables. Vale la pena la inversión cuando se continué buscando la inocencia, la creatividad, la solidaridad y la paz, por pequeño que sea, la responsabilidad de ser feliz solo concierne a cada uno de nosotros.