Bien dicen, de la moda lo que te acomoda pero ¿la ropa debe ser nueva? Algunas personas dirán ¡claro! Sin embargo desde hace algunos años muchas personas hemos optado por la cultura vintage que, básicamente se trata de la “ropa o artículos de segunda mano” y no es extraño encontrar algunos de estos artículos decorando el hogar de algunos jóvenes que, preocupados por el medio ambiente optan por una cultura de reciclaje (además del gusto por tener una antigüedad en casa para admirar).
Seguramente a más de alguno le tocó ir con “la señora de la de segunda” cuando era niño, ahí donde nuestras madres se surtían debido al bajo costo de las prendas, la ropa nueva era solo para las ocasiones especiales. Ahora estos lugares se han convertido en el emprendimiento de muchos jóvenes que buscan darle un “segundo aire” a las prendas que fueron muy populares en su momento convirtiéndolas en joyas prácticamente únicas.
En nuestra ciudad lugares como Green Hat Vintage, Perfidia Vintage, Lavanda & Vintage Bazar entre otros nos ofrecen piezas llenas de nostalgia y personalidad únicas que difícilmente pueden competir con la moda actual donde los modelos son tan repetidos que algunas veces parece uniforme y si algo nos gusta a las mujeres es poder destacar de entre los demás, tener un estilo propio que nos permita distinguirnos a dónde vamos.
A mi parecer la cultura vintage tiene grandes ventajas en diferentes niveles, en primer lugar reutilizar la ropa reduce considerablemente los desechos que se originan al adquirir una prenda nueva (etiquetas, bolsas, incluso las emisiones de carbono) segundo ayuda a fortalecer la economía local ya que, en lugar de comprar en las grandes cadenas, estamos apoyando el talento de jóvenes emprendedores que toman su tiempo buscando las prendas, estudiando las técnicas adecuadas para restaurarlas y darles una segunda vida sin desfalcar tu bolsillo; por último se te garantiza una prenda única con su propia historia, una pieza del pasado perfectamente encajada en tu presente y futuro.
Si están interesados en esta alternativa no olviden ciertos detalles: primero se trata de ropa usada por lo tanto no esperen encontrarla sin detalles, el uso deja huellas pero eso solo significa que tuvo un uso constante (pudo ser la prenda favorita de su antiguo dueño) segundo el hecho de ser ropa de “segunda” no significa que deba mal baratarse pues como lo mencioné se lleva tiempo y esfuerzo en encontrar y reparar lo mejor posible cada pieza así como darle el debido cuidado a la hora de limpiarla. Tercero y muy importante, debes asegurarte de comprar en un establecimiento responsable donde las prendas se encuentren en buenas condiciones y sobre todo limpias, no es lo mismo pagar por una blusa con una pequeña mancha que no se note demasiado a pagar por una con manchas de sudor en las axilas.
Algunas de estas tiendas son en línea pero es posible encontrarlas en físico dentro de los bazares que se presentan con cierta frecuencia en nuestra ciudad, es cuestión de seguirlos en redes sociales para saber cuándo será la próxima edición, algunos que pueden interesarles son Vintage Ceremony que fué llevado a cabo el pasado 19 de mayo cerca de Chapultepec (pueden encontrarlo en redes sociales bajo ese nombre) y Mi Armario Bazar, un proyecto muy fresco que apoya el talento de estos jóvenes que buscan darle un giro a la moda volviéndola sustentable.
Interesante ¿no creen? Sigamos en busca de alternativas que nos ayuden a mantener limpia nuestra ciudad y cuiden de nuestra economía apostando por los pequeños negocios.
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