De educación y transporte público

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En esta ocasión me gustaría platicar sobre algo que seguramente todos hemos pasado, lidiar con la mala educación de algunas personas, especialmente usuarios del tren ligero; empujones, obstruir las puertas teniendo bastante espacio en los pasillos, no seguir las indicaciones son razones para pasar un mal rato durante nuestro traslado.

El día martes primero de mayo tomé el tren, me bajaría en Juárez (como la mayoría de las personas) y trasbordaría en la línea 2 rumbo a San Andrés, nada complicado, el problema es lidiar con las personas que se creen solas en el mundo, no escuchan las instrucciones o simplemente se les olvidaron sus clases de cortesía. Desde que me subí había un hombre hablando por teléfono (o más bien gritando) era un poco incómodo pero bueno, posiblemente la persona con la que hablaba no le escuchaba bien; durante el recorrido, como siempre, había personas que se distribuían por los pasillos (muy pocas) y otras más que sin importar los empujones preferían obstruir las puerta aunque su destino no estuviera cerca.

Así pues al acercarnos a la estación Juárez, todos los que debíamos bajar nos acercamos a la puerta, la persona que hablaba por teléfono no dio muestras de moverse pero en el momento que el tren se detenía y abría sus puertas, esta persona pareció querer correr sobre todos nosotros llegando a empujarme para quitarme de su camino, al ver que éramos varios los que debíamos bajar, detuvo su carrera y palmeándome el hombre me dice “ pasa pasa” pero, ¿Qué le pasa? Primero empujarme para abrirse camino y luego palmearme el hombro como si fuera un “compa” y me estuviera haciendo un favor; pero la cosa no termina ahí pues una vez en la puerta intentando salir me encuentro con más personas empujando para salir a la fuerza y las que están afuera empujando para entrar al vagón porque seguramente el conductor solo deja tiempo para salir pero no para entrar ¿es enserio? Hasta donde yo recuerdo la instrucción de ascenso y descenso del tren es “antes de ENTRAR, permita SALIR” pero resulta que las personas se pasan esto por alto. Tengo entendido que el conductor está al pendiente de las personas que bajan y suben, además de que un guardia les da la indicación para cerrar puertas, pero en la lógica de los usuarios esto no existe, están sordos ante las indicaciones y como si se tratara de un sismo o un incendio “sálvese el que pueda” y encima de eso “me pongo en la puerta aunque no me baje en la siguiente estación y no me importa si dejo pasar o no.

Simplemente no puedo creer que estemos en esta situación, es molesto saber que cada vez que utilizo el tren me voy a topar con esta clase de gente que, además se molestan si se les dice algo, acaso ¿es tan difícil ser un buen ciudadano? ¿no podemos tratar a los demás como queremos ser tratados? Distribuirse en los pasillos, tratar de dejar libres las puertas (a veces los vagones van súper llenos y realmente es difícil hacerlo) bajar de forma ordenada, dar tiempo a quienes bajan para luego poder subir (no le van a cerrar la puerta en las narices) creo que son cosas sencillas que todos podemos hacer pues aún habemos personas que creemos en la educación y el orden.

En fin, malas experiencias siempre vamos a tener, el punto es que tratemos de poner nuestro granito de arena individual, tal vez así las cosas puedan mejorar.

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