¿A quién no le gusta caminar entre arboles? ¿respirar el aire fresco que nos ofrecen? ¿inhalar ese particular aroma que desprenden de su corteza llenando nuestros sentidos? Simplemente, disfrutar de la sombra que nos ofrecen en nuestro camino.
Me gustaría hacer una pequeña reflexión a propósito del clima tan extremo que tuvimos hace algunas semanas, las altas temperaturas que casi no podíamos soportar y que apenas comenzaron a calmarse gracias a la temporada de lluvias, aun así seguimos buscando un poco de sombra en cuanto se asoma el sol.
No soy experta en clima y esas cosas pero definitivamente entiendo la importancia de plantar un árbol así como las consecuencias de quema y tala descontrolada de los mismos. Las obras dentro de la ciudad han cobrado miles de árboles cambiando no solo la imagen de los espacios urbanos, sino que también alteran el ambiente alrededor de esas zonas; miremos la zona del periférico casi llegando a alcalde, recuerdan que antes de las obras era un tráfico tremendo, ahora es un poco más fluido lo que reduce el estrés de los automovilistas pero ¿y los árboles? ¿no parece un panorama algo seco?
Si bien tenemos zonas hermosas y arboladas (la colonia americana es una de ellas) también tenemos zonas que simplemente parecen un desierto. Afortunadamente existen personas que buscan embellecer más nuestra ciudad y crearon programas como el de “Bosque Urbano” de EXTRA dedicado a plantar y dar en adopción responsable arboles de diferentes especies que sean compatibles con esta zona.
Sinceramente creo que es una excelente idea y si pueden poner de su parte, plantar un árbol cada uno de nosotros puede hacer la diferencia entre aguantar las inclemencias del clima o pasarlo lo más agradable posible con un clima fresco durante las temporadas de calor y refugiados de los rayos del sol mientras caminamos o esperamos.
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